El primer tanto del ‘Camello’ Botero fue anotado a los 89 minutos. El gol fue una inyección anímica para los azules de Warnes, ya que dos minutos más tarde (91m) el propio Botero anotó el segundo del encuentro. Tras el gol se desató la locura en las tribunas y los del norte cruceño comenzaron a saborear al ascenso.
Con el triunfo, Santa Cruz tiene cuatro plazas en el fútbol profesional bolivianos. A Oriente Petrolero y Blooming se sumaron Guabirá, de Montero y esta noche Sport Boys Warnes. Ahora se habla del clásico norteño.
“Thiago ayer cumplió 35 años y corrió los 93 minutos y Botero demostró lo que vale, no por nada estuvo en México”, afirmó el técnico, de Sport Boys, David de la Torre. Al final del partido se fundieron en abrazos los jugadores, dirigentes y algunos aficionados que ingresaron al terreno de juego. Se calcula que unas 30.000 personas estuvieron en las graderías del escenario cruceño.
Bienvenido clásico del norte cruceño
Tuffí Aré Vázquez - periodista
Tuffí Aré Vázquez - periodista
Resucitó la pólvora del Camello, en plena agonía de la pelea por el
ascenso. Sport Boys le dio Liga a Warnes, con dos históricos golazos del
siempre sorprendente Botero. El artillero apareció cuando aparecen los
grandes, en el último suspiro del juego, para darle a Santa Cruz después
de muchos años el cuarto cupo liguero. La gente esperaba a esa hora ya
los penales. Medio estadio hincha del fútbol cruceño comenzaba a gritar
hora, al ver un Petrolero de Yacuiba que se mostraba en los últimos
minutos un poco más entero, con la supuesta superioridad que da la
competencia liguera.
Pero apareció el goleador y su viveza. La experiencia, que disimula el
paso de los años en el propio físico. Y marcó. La picardía de Botero ya
había avisado unos minutos antes lo que podía venir, con un tiro que
intentó sorprender al adelantado portero de Petrolero. Picó el lateral
Paniagua por la banda derecha, envió casi un centro para que el goleador
surja como un fantasma y con un toque suave haga estallar medio
Tahuichi repleto de hinchas chaqueños y cruceños. Sport Boys tocaba el
cielo. Quedaba poco. Una nueva avivada del Camello lo puso frente al
arquero de Petrolero. Pegó, rebotó, volvió a pegar y marcó. El ascenso
warneño y el descenso yacuibeño estaban sentenciados.
Pitó el árbitro Maldonado el final. Euforia azul total. Inexplicable
corrida del ídolo de la noche para meterse rápidamente en el camarín,
mientras sus compañeros se entregaron al loco festejo del histórico
ascenso.
Sport Boys ya es liguero. Mérito indiscutible de su presidente Mario
Cronenbold, que creyó en su capacidad de llevar fútbol profesional a
Warnes. Logro de un DT serio como el mexicano David de La Torre. Enorme
aporte del veterano y talentoso brasileño Thiago Leitao. Maravilloso
triunfo del montereño Olvis Justiniano, que como un verdadero guerrero
del mediocampo, vuelve a celebrar su segundo ascenso a la Liga, como lo
hizo en 2007 en Guabirá. Pero sobre todo, gran noche de Botero, que tapó
las bocas de quienes ya no creían en él, en la recta final de su
impecable carrera goleadora. Fue grande en la selección, fue grande en
Bolívar. Ahora es grande con este festejado ascenso.
Llora el Chaco, que tendrá que guardarse las ganas de estrenar su nuevo
estadio. Disfruta el norte cruceño, que llevará su propio clásico a la
Liga. Guabirá y Sport Boys son de Primera y no es casualidad. Esta es,
más bien, una oportunidad única para demostrar que el gran cambio que se
espera en el fútbol boliviano puede nacer en el corazón de una
maravillosa región que ama este apasionante deporte. Celebra también
Santa Cruz el notable logro de tener en la Liga a dos clubes de
provincias vecinas. Algo inédito en el fútbol boliviano, un caso muy
raro en Sudamérica. Algo está pasando. Enhorabuena, norte cruceño.
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